Se trata de un café tipo orgánico, es decir, en cuyo cultivo no han intervenido abonos de ningún tipo, ni fungicidas, ni insecticidas. Es un proceso muy minucioso en el que se debe tener hasta el más mínimo cuidado, desde el momento de la selección de la semilla, hasta obtener el beneficio, tanto en húmedo como en seco, pues estos otorgan al producto un buen sabor, cuerpo, acidez y aroma.